• warning: array_merge() [function.array-merge]: Argument #2 is not an array in /home/acervono/public_html/includes/theme.inc on line 275.
  • warning: array_merge() [function.array-merge]: Argument #1 is not an array in /home/acervono/public_html/includes/theme.inc on line 278.
  • warning: array_merge() [function.array-merge]: Argument #2 is not an array in /home/acervono/public_html/includes/theme.inc on line 275.
  • warning: array_merge() [function.array-merge]: Argument #1 is not an array in /home/acervono/public_html/includes/theme.inc on line 278.
  • warning: array_merge() [function.array-merge]: Argument #1 is not an array in /home/acervono/public_html/themes/newsflash014/themes/newsflash/template.php on line 28.
  • warning: array_merge() [function.array-merge]: Argument #2 is not an array in /home/acervono/public_html/includes/theme.inc on line 275.
  • warning: array_merge() [function.array-merge]: Argument #1 is not an array in /home/acervono/public_html/includes/theme.inc on line 278.
Este trabajo he preferido intitularlo como está enunciado, y no bordar únicamente sobre la Deontología Notarial, cuya raíz, griega: "deon-ontos", el deber :' "logia", tratado, no agota la densidad del oficio notarial, que tiene realidades más vastas que la rama de lo debitorio. Conceptúolo materia más profunda. Y por éllo escogité el término Ética.
 

Notario Jorge Gutiérrez-Álvarez

Las antiguas definiciones de las ciencias y de las artes abordaban desde luego una explicación etimológica de su nombre; mas éllo de una forma somera. Contentábanse con esclarecer el quid nominis y no avanzaban, ni lo intentaban, para investigar y obtener la captación del quid rei, a través de la etimología. Por el contrario, el pensamiento contemporáneo acércase siempre, de manera inquisitiva, a lograr esclarecer, aprehender lo real a través de a etimología, porque ésto a la postre redunda en un enriquecimiento del conocer la plena realidad del objeto.

La Ética, como se sabe, es una rama le la Filosofía. Todo filósofo por el hecho de serlo, como dijo Platón, es ya un fhilologos, amigo de razonar y argumentar. De ahí que al abordar el es tulio serio de todo tema, debe acudirse el principio etimológico del mismo. El filósofo debe ser no solamente amigo de as razones, sino que ha de serlo también le las palabras, a fin de ganar el conocimiento perfecto de su objeto y debe emprenderse la investigación no presentada, la sola atención al habla lejana de las raíces (griegas, germanas, latinas y sánscritas), sino a la captación del habla viva de hoy. Muy bien que se cite la raíz de la palabra, pero ha de hurgarse ahora, sorprendiéndola en el habla viva que se da en el momento actual, latente aquí y ahora.

La disciplina iusfilosófica que abordo conócese con dos nombres: Ética y Moral, procedente el uno del griego y el otro del latín. La palabra éthos tiene dos sentidos fundamentales, el primero significa "residencia", "morada", "lugar donde se habita". Después se aplicó a los pueblos y a los hombres en el sentido de su país. Empero, la acepción más usual del vocablo éthos es la que desde Aristóteles atañe directamente a la Ética. Según ésta significa "modo de ser" o "carácter". Xavier Zabiri ha precisado la significación del vocablo de la siguiente forma:

"El vocablo éthos tiene un sentido infinitamente más amplio que el que damos hoya la palabra "ética". Lo ético comprende, ante todo, las disposiciones del hombre en la vida, su carácter, sus costumbres, y, naturalmente también lo moral. En realidad se podría traducir por "modo o forma de vida", en el sentido hondo de la palabra, a diferencia de la simple "manera".

Reténgase la palabra "carácter". Más no en el sentido biológico de "temperamento", dado con las estructuras psicológicas, sino en el modo de ser, o forma de vida que se va adquiriendo incorporando, a lo largo de la existencia. Carácter significa aquí una raíz del ser, que se logra mediante el hábito, pero a su vez el hábito es fuente de los actos. Así se comprende cómo es preciso resumir las dos variantes de la acepción usual de éthos, la que ve en éste el "principio" de los actos y la que lo concibe como su resultado: Éthos o carácter acuñado, impreso en el alma por el hábito. El éthos logra plenitud en el momento en que el hombre muere. La vida siempre es un emplazamiento para vivir bien o mal y sólo cuando fenece logra su fin, temporal y ontológico. En mi ensayo "Reflexiones sobre Mauriac" (Ábside, Enero-Marzo 1972) digo textualmente:

"No escribió Mauriac su autobiografía. Pero en el mundo novelesco que forjó se descubren muchos perfiles que son los suyos. Imágenes impregnadas medularmente de su "yo", en las que adivinamos los pasos de una vida, las transformaciones de un carácter, la evolución de un critrio. Por encima del accidente la substancia es la misma. La naturaleza es rica en operaciones sin lesionar la estructura permanente. El niño burgués, cristiano, nacido en Burdeos, cristalizará en el viejo patriarcal enriquecido con las peripecias de la existencia pero fiel a sus orígenes. ¡Ese éthos que es primero la tierra nutricia del ser y que se fija para siempre en el trance agónico del último afán!"


Valga el motivo literario como acicate en la investigación del tema.

Antonio Gómez Robledo ha definido al Derecho como "la ética de las relaciones sociales coactivas". Paréceme justa y acertada la definición, formulada por nuestro ilustre coterráneo en su libro "Política de Vitoria". Porque el Derecho es ciertamente una dimensión originaria del ser del hombre. Existir es coexistir, ha establecido la filosofía existencial. Desde un principio el hombre no es, no puede ser, un ente único, aislado, sino que constitutivamente realizase en la coexistencia con sus semejantes, en el vasto tejido de la sociedad, de una realidad que se da en el acontecer vital de la coexistencia con los demás hombres, sus semejantes. y éIlo ha de lograrse en la paz, en el orden, en la justicia, en el amor. No en el choque bestial de apetencias erradas. Cuando éIlas se dan nuestra conciencia capta de inmediato que ese caos es brutal, no humano. La historia nos muestra que estos hechos caóticos se han dado siempre; mas de ninguna forma puédanse asentir por nuestro juicio. Por el contrario experimentamos la emoción anímica de rechazarlos, de rectificar la trama, de combatir la injusticia, de establecer las bases legítimas de la paz. "Horno hornini lupus" dijo Hume. Mas este enunciado, compréndase luego, se ha experimentado en el devenir del hombre, como realidad de su parte baja, aislada. Ni ángel, ni bestia, sino materia y espíritu en unidad substancial, el hombre debe alcanzar los fines principales de su naturaleza. y allí es donde surge el Derecho. Es allí donde la efigie de la Justicia revélase como un faro luminoso que ha de bañarnos con su luz y al que hemos de buscar con denuedo.

"La más grande y repetida forma de miseria a que están expuestos los seres humanos -
dijo Kant- consiste en la injusticia, más bien que en la desgracia' .

Mas yo atreveríame a observar al filosofo de Konigsberg, que lo más grave de toda desgracia surge de la injusticia.

Y para que ello no se dé, precísase de manera vital, necesaria, ineluctable, de la presencia del Derecho.

El Derecho, ciencia, arte, disciplina, es coordinación recta de la vida diaria, que realiza la justicia. Lo sucio, lo tortuoso, lo desviado, la violencia, la fuerza brutal ciega, el infierno de las bajas pasiones, es lo contrario del Derecho, noble perfil de lo humano. Contra todo desvío de la conducta existe la idea del Derecho, que es rectitud. "Dercho", "direito", "droit", "right", "pravo", "ret", "diakaison", son voces que expresan siempre en las diversas lenguas el concepto central de la rectitud, conduciendo para su bien a cada hombre y a toda comunidad humana.

He hurgado en el contenido de la palabra éthos a fin de alcanzar la raíz del ser humano, para demostrar que en la figura del notario trasciéndase la figura de un "profesional". Sí, el notario es un profesional del Derecho, pero por encima de lo escuetamente profesional, constituye el carácter entitativo de un ser que realiza en su vida los fines del Derecho: el Bien Común, la Justicia, la Seguridad y ese otro valor de orden supremo, que da vida y plenitud a todos éllos, acuñado por Francisco Suárez, el mayor genio metafísico de España: la Seguridad.

Siendo el notario un profesional del Derecho, apto, capaz, ilustrado, recto, ha de ser por tanto un funcionario público. Su investidura dásela el Ejecutivo del Estado para delegarle la Fe Pública; es decir, su actividad de notario basase de manera forzosa en la fe pública que es atribución esencial del Ejecutivo del Estado. No tiene el notario el "imperium" del Jefe del Estado, mas sí tiene la fe pública, por delegación que de aquel ha recibido. El tratadista Fernández Casado ha expuesto:

"La profesión notarial es quizá, entre todas las sociales, aquella cuyo ejercicio mayor moralidad demanda, si ha de responder al objeto de su establecimiento. Es, en lo civil, lo que la cura de almas en lo espiritual: Una fuerza directiva de las voluntades y de las conciencias cuyo campo de acción no reconoce limites".

De manera sencilla, pero muy profunda si se la estudia, nuestra Ley del Notariado ha establecido en su artículo 2°: "El notario tiene la obligación de ilustrar a las personas que le soliciten sus servicios, debiendo recibir, interpretar y dar forma a la voluntad de los mismos redactando los instrumentos adecuados para conferirles autenticidad, advirtiéndoles de las consecuencias legales de su voluntad".

Agustín Basave Fernández del Valle ha definido el Derecho notarial en la siguiente forma: "La sistemática de la autenticidad teleológicamente dirigida a realizar la seguridad, la justicia y el bien común del acto jurídico y del registro público".

Existe sobre la función de los notarios un rango superior en la tabla de valores que regula a la actividad de todo hombre. Implica él de consuno un deber abrumador y un real privilegio. Breve en su enunciado, escueto, tiene amplitud y profundidad vertiginosas. Lo ha formulado el jurista español José Castán Tobeñas y dice así: "Someter la economía a la ética". Como puede apreciarse, comprende todo un capítulo de filosofía jurídica. Frente a todo utilitarismo, a toda conquista bélica, a toda codificación legal, a toda técnica de mercado, a todas las experiencias internacionales de la expansión mercantil; y también frente al modesto trabajo de cada hombre, de cada familia, del pequeño negocio, de la actividad humana en su afán de un logro necesario para las necesidades de la vida, opera la vigencia de ese principio: el sometimiento de la economía a la ética. No puede soslayarse, habida cuenta de que el imperativo moral rige, sin excepción alguna, sobre la total conducta humana. Han proliferado las más diversas teorías a través de los siglos sobre la actividad económica; teorías contradictorias, absolutistas, materialistas, pretendiendo substraer la actividad lucrativa a toda regla moral. El principio de sumisión de toda actividad de la economía a la ética es inobjetable filosóficamente. Ésta es una de las esferas en que la presencia de la función del notario es de primigenio orden. Sin excepción alguna el mundo económico ha de estar sometido a la ética.

Ihering en su obra "El espíritu del Derecho Romano", concluye que "el notario moderno es el heredero más directo del jurista romano. Su labor no es la del abogado, que interviene principalmente en el momento en que va a plantearse un litigio, sino la del consejero de las familias y el moderador de los negocios jurídicos."

Hay una sentencia célebre de la Sala 1 a del Tribunal Supremo de España (29 de diciembre de 1927). Dice así: "El notario no es sólo el fedatario, sino el profesor de jurisprudencia para las clases humildes y el consejero prudente de los individuos y de las familias".

Paréceme oportuno para abordar el aspecto debirorio del notario, hacer una cita del precitado Basave, que fija en cuatro puntos el supradicho aspecto.

I.- Aconsejar. El notario asesora a su cliente sobre las conveniencias de su plan y orienta su voluntad dentro de la ley y la justicia.

II.- Redactar. En estilo claro y preciso, el notario expresará la voluntad de las partes dentro de la ciencia del Derecho.

llI.. Constatar. El acto debe fijarse para siempre de un modo constante y vital (protocolos, testimonios, apéndices y registros) de modo que el acto o contrato pueda ser utilizado en cualquier momento y no se pueda transformar ni desdecir.

IV.- Autorizar. Como delegado y representante del poder público, el notario presta sanción al acto declarándolo: a) Verdadero y fehaciente; b) Válido y eficaz; erga omnes.

Precísase de insistir sobre la realidad óntica del hombre para la cabal comprehensión de la figura del notario. Es el hombre, constitutivamente, un ser que nace, vive y actúa en la convivencia con sus semejantes y, por ende, está siempre sujeto de forma substancial a la esfera de lo ético, de lo moral. El sociologismo de Durkheim ignora la moral como estructura; el psicologismo de los empiristas reduce la moral a simpatía o antipatía, mas por encima de todo éllo existe la estructura moral del hombre. Siempre debe buscar el hombre una realidad que sea buena. Cada uno de sus actos debe tener una justificación. No es la moral solamente la estructura formal del hombre. Requiérase de tratar del contenido de lo moral, de lo ético. La idea del hombre, de su ser y de su actuar está regida ab initio por el concepto de lo bueno y de lo malo. Ejes fundamentales de toda vida. La conciencia aprehende los valores, jerarquiza lo moral relevante y lo irrelevante y obra en consonancia o disonancia. Entre el ser humano y el valor moral hay una tensión fuerte, constante, difícil. En cada bien relativo se apetece el Sumo Bien. Toda conducta humana proyecta substancialmente el justo momento en que nuestro ser moral llega a su límite de existencia. Esto dicho, debe concluirse que la moral profesional es una aplicación de la ética a la vida profesional en el caso, a la vida notarial Ahrens incluye la función del notario dentro de la justicia reguladora. Ya se vió que en el quehacer notarial hay cuatro elementos fundamentales: 1- aconsejar, 2- redactar 3- constatar y 4- autorizar. Mas hay un imperativo esencial que es de rango lógico superior: guardar el secreto profesional.

Ver texto completo en archivo descargable en PDF

AdjuntoTamaño
Sobre la Etica Notarial.pdf72.8 KB