| Cuando me invitaron del Consejo a platicar con ustedes, dudé un poco, porque son tantos los problemas jurídicos que nos sacuden, por un lado reformas al Código Civil, otro tanto las de Procedimientos Civiles, con nuevas funciones Notariales, Ley de Desarrollo Urbano, etc.; que no supe por qué tema inclinarme, por lo que preferí exponer algo de lo que siento y creo. |
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Antes de entrar en materia, creo que debo puntualizar el tema que pretendo abordar. El título de la conferencia "LA ETICA NOTARIAL", resulta demasiado extenso y por encima de mi capacidad y conocimientos, porque debería entrar en el camino y estudio de los valores, que es la esencia de la ética.
Su extensión y alcance están muy por encima de lo que se pueda plantear en esta charla, que afortunadamente es de amigos y me atrevo a decir mis dudas y equivocaciones, a sabiendas de que serán benevolentes al escucharlas y me ayudarán a disipar algunas cuestiones.
Los valores éticos están en nuestra conciencia que nos llevan a una convicción de lo que todos entendemos por "DEBER SER", al fijarnos personalmente un Código de Conducta ante nosotros mismos, y al que vamos a sujetarnos en los diversos actos de nuestra vida.
El no cumplir con los valores éticos, desde luego no implica necesariamente una violación a disposiciones legales que nos acarree una sanción, pero sí, el rompimiento a nuestro recto obrar, alterando al gremio al que pertenecemos y al cual nos debemos.
En este momento, la humanidad se cuestiona de una manera unánime, ¿Cuáles son los valores que deben guiar al ser humano? Esto sin importar la nacionalidad, religión, sexo, cultura u otro tipo de identidad; por eso, en México se ha creado todo un sistema de defensa de los Derechos inalienables del hombre y protegerlos y de una manera genérica podríamos pensar en el derecho a la vida, a la salud, a la ed ucación, a la libertad en todos sus matices, como creer, pensar, escribir, manifestarse, etc. Y los derechos sociales, políticos, económicos, de trabajo y otros.
El Notariado también tiene su propia y personal crisis de valores, ya que su ejercicio nos cuestiona a cada momento el camino que debemos tomar, las conductas que debemos rechazar y sobre todo aquellas que debemos continuar y fomentar.
Existen principios que marcan la pauta del Notariado Latino al que pertenecemos, tanto el notariado mexicano, como el jalisciense y textualmente el Consejo Permanente del Notariado Latino, establecido en la HAYA HOLANDA en 1986, aprobó como principios generales del Notariado los siguientes:
EL NOTARIO ES UN PROFESIONAL DEL DERECHO, ESPECIALMENTE HABILITADO PARA DAR FE DE LOS ACTOS Y CONTRATOS QUE OTORGUEN O CELEBREN LAS PERSONAS, DE REDACTAR LOS DOCUMENTOS QUE LOS FORMALICEN Y DE ASESORAR A QUIENES REQUIERAN LA PRESTACION DE SU MINISTERIO".
El Notariado mexicano y en especial el Notariado jalisciense, ha seguido a la letra esos principios y los tenemos en los artículos 1 ° Y 2° de nuestra ley. El primero señala: que el Notario es un Profesional del Derecho con capacidad de dar fe, y el segundo marca de una manera imperativa el deber ser del Notario, al determinar lo siguiente:
"EL NOTARIO TIENE LA OBLIGACION DE ILUSTRAR A LAS PERSONAS QUE SOLICITAN SU SERVICIO, DEBIENDO RECIBIR, INTERPRETAR Y DAR FORMA A LA VOLUNTAD DE LAS MISMAS, REDACTANDO LOS INSTRUMENTOS ADECUADOS, PARA CONFERIRLES AUTENTICIDAD, ADVIRTIÉNDOLES LAS CONSECUENCIAS LEGALES DE SUS DECLARACIONES DE VOLUNTAD".
En un rápido resumen de la Ley de Jalisco, encuentro los siguientes principios:
- El notario es siempre un profesional del Derecho.
- Que es habilitado por el estado para dar fe.
- Con la obligación del Consejo y Asesoría.
- Igualmente obligado a dar atención personal al recibir la voluntad de los solicitantes del servicio.
- Con el deber de redacción.
- y de otorgar autenticidad.
Todo lo anterior constituye "EL DEBER SER" del Notario y el ideal a cumplir y satisfacer.
Para mí, el Notario debe tener como pilares fundamentales de su ejercicio los siguientes:
LA HONESTIDAD Y LA APTITUD
Actualmente, los jaliscienses creen en nosotros, porque nos consideran honrados y nos tienen por verdaderos consejeros.
Como consejeros, hemos estado a su lado, y los hemos escuchado sin prisas, atendemos sus dudas y tratamos de dar luz al negocio planteado.
Cuando estamos con nuestro cliente, le debemos dar un trato delicado y comprensivo y cuando el asunto supere nuestros conocimientos debemos ser honestos y declinar el mismo, fincando nuestro prestigio personal en nuestra calidad moral y preparación jurídica.
Trataré de explicar lo que entiendo por: LA APTITUD, LA COMPETENCIA Y LA EFICIENCIA; son éstos, los elementos necesarios para poder cumplir el cometido de dar seguridad jurídica conforme a la ley. Somos APTOS, cuando asesoramos, aconsejamos, explicamos e instruimos al cliente y damos la solución jurídica apropiada, porque conocemos el derecho.
Con nuestra APTITUD y DESEO DE SERVICIO, tenemos la posibilidad de escuchar la problemática del cliente, y con sus errores e ignorancia jurídica, recibimos con paciencia y prudencia la cuestión planteada, dando el consejo adecuado e instruyendo en lo que más conviene a las partes, para que el negocio llegue a feliz término, sin reclamaciones futuras que lo único que evidencian es nuestra falta de aptitud y cuidado en el desempeño de nuestro trabajo.
Somos COMPETENTES, cuando conocemos el derecho y le damos forma a la voluntad de las partes, dando satisfacción a los extremos jurídicos, ya que sólo el que conoce el Derecho puede crear un documento que sea válido, legítimo, que haga prueba plena y en algunas ocasiones tenga fuerza ejecutiva.
Detrás del instrumento público en la ejecución de nuestro trabajo, preparamos la escritura, reuniendo los antecedentes documentales y requisitos fiscales, damos forma a la voluntad de las partes, con una redacción clara, concisa y adecuada, con transparencia y fácil interpretación del documento y al final lo certificamos y autorizamos, para imponerle los atributos de la fe pública y convertir en garantía de seguridad de instrumento público constituido.
Cuando nuestro trabajo lo hacemos oportunamente, con amabilidad y trato respetuoso al que paga nuestros servicios, cumplimos con los tiempos que nos fijamos para entregar y firmar una escritura, podemos decir que estamos ante un N otario EFICAZ.
El otro pilar del Notariado, es la HONESTIDAD, que nos exige conducirnos con probidad, teniendo siempre rectitud de ánimo, integridad y honradez.
Por lo anterior, debemos ser razonables y justos. Entiendo que en este momento es cuando como Notarios sobresalimos del simple profesionista al verdadero Notario, porque proyectamos nuestra sabiduría y experiencia e imponemos lo más equitativo a las partes, respetando siempre la imparcialidad. Nuestro actuar es recto, porque no saltamos proceso legal, ni admitimos componendas documentales, con tal de hacer una Escritura.
Nunca engañamos al cliente al darle la solución del negocio planteado; si es posible y legalmente válido le damos curso y si no, simplemente lo rechazamos.
En su rectitud de ánimo, nos lleva a no aprovecharnos de datos o circunstancias que conocemos por el ejercicio profesional; y de esta manera desacreditar a alguien y mucho menos tomar ventaja material de lo que sabemos. La probidad nos dice que: debemos manejar transparentemente el dinero que recibimos de los clientes para cumplir con sus obligaciones fiscales y no caer en la tentación de hacer negocios financieros con dinero ajeno o lo que es peor, disponer de él.
No busquemos el trabajo a base de descreditar a colegas y bajar los honorarios, porque lo único que hacemos es enfrentarnos entre Notarios, dando una imagen de poca dignidad.
Creo que el concepto de HONRADEZ, está más en nuestra conciencia, que en las palabras que yo diga, por 10 que los invito a seguir su conciencia y nunca traicionarla.
Recordemos que la HONESTIDAD no se adquiere, ni se admite a medias, esta actitud ante la vida, exige de una manera clara y determinante, ser absolutamente honrado o no se es. Se tendrán que decir muchas veces que no se puede hacer al amigo el favor que nos pide, porque los principios éticos exigen otro comportamiento. La amistad no puede alterar la rectitud en el ejercicio Notarial y mucho menos el dinero puede comprar nuestra conciencia.
La crisis del Notariado en mi opinión surge de la falta de un concepto claro de 10 que es el servicio notarial y el establecimiento en nuestra conciencia de valores éticos al ejercitar nuestra profesión.
Entiendo por servicio: La acción de atender al desempeñar una función, cumpliendo con los deberes de ésta, para una persona o colectividad.
Para el caso del servicio Notarial, el servicio al cliente o a la colectividad es un deber asumido voluntariamente y su cumplimiento debe de ser de la más alta calidad. Así la acción de atender nos llevará al consejo que debemos dar al cumplir nuestra función notarial, satisfaciendo los extremos jurídicos que nos impone el ejercicio.
Cuando nos imponemos la obligación de atender, yo me pregunto cuántas veces derivamos a nuestros auxiliares abogados o colaboradores en la oficina, nuestras obligaciones de servicio, entregándoles los asuntos del cliente para que otro 10 resuelva y atienda. O llegamos al extremo de desatender a nuestro cliente al no informarle de su asunto, avance o de los problemas administrativos que tenemos para solucionarlo, ya que no somos capaces de tomar una llamada telefónica o hacerla nosotros.
El servicio desde luego implica tener una oficina adecuada, con la tecnología a nuestro alcance, pero repito, lo importante no son las computadoras, sino la calidad de nuestro servicio, que podríamos resumir en seis palabras:
ATENCION, CORTESIA, INTEGRIDAD, CONFIABILIDAD, DISPOSICION DE AYUDA Y EFICIENCIA.
Otra parte muy importante del "DEBER SER" del Notario, es su integración al Colegio de Notarios, o sea, formar parte del gremio notarial.
Más allá de la obligación legal a la que todos estamos sujetos por el hecho de ser Notarios, está el tomar la profesión para ejercitarla en forma personal, individual, egoísta y con el sólo afán de un bienestar económico.
Creo que al abrazar al Notariado nos debemos integrar totalmente a la familia de éste, o sea, vivir y sentirnos como agremiado. Nuestra entrega hacia el gremio debe ser generosa y desinteresada, participar con gusto y entusiasmo en las actividades del Colegio, bien sea aceptando comisiones, participando en congresos o reuniones, asistiendo a las convivencias como ésta, y en ocasiones exponiendo o elaborando trabajos.
También es obligación de un agremiado intercambiar todas sus experiencias, sus vivencias notariales y participar a los demás de sus conocimientos, sin soslayar el deber moral de hacer los señalamientos que su conciencia le pida y en su caso defender al gremio o a la institución de aquellos ataques injustos, sean internos o externos.
Para mí, la institución notarial vale por los miembros que la integran y éstos a su vez, por sus metas y valores.
La fuerza del Colegio, es la suma de la Energía Espiritual de todos sus miembros, los que en la pluralidad de sus ideas y en la confrontación de éstas, se da la riqueza del acervo cultural y espiritual del gremio notarial.
Toda manifestación, sea crítica o simple inconformidad, debemos exteriorizarla, satisfaciendo las siguientes condiciones:
a) Que siempre respetemos las ideas de otros.
b) Debiendo mantenernos tolerantes y abiertos, para aceptar y escuchar las posiciones opuestas o contrarias.
c) y la más importante, que todo se diga, se discuta y resuelva en el seno del Colegio, sin participación externa y mucho menos que se ventile públicamente, porque nunca más nos debemos exhibir como lo hicimos en meses anteriores.
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| Algunas Consideraciones Eticas en el Ejercicio Notarial.pdf | 106.04 KB |