Una Pincelada de Jalisco en los Inicios del Siglo XX

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Jalisco llega al siglo XX con la in?uencia del XIX y grandes planteamientos sin resolver. Las controversias ideológicas en sus vertientes política y cultural, naturales de un poder político sostenido por más de treinta años, que no renueva hombres ni métodos, constituyen la paradoja de una fuerza incontrastable simultánea a la intranquilidad social cada vez mayor, a la ausencia de democracia y a la desigualdad económica, consecuencias de un Estado-Gobierno que había degenerado en una oligarquía voraz y petulante.
 

Notario Constancio Hernández Allende

No olvidemos que la inquietud política del siglo XIX encabezó la gran controversia respecto al depositario del poder ejecutivo: por un lado, la idea de Lucas Alamán del emperador presidente y por otro, la del presidente emperador concebida por Comonfort. El general Por?rio Díaz encabezó la imperante y ya larga lista de la segunda tesis.

La paz por?riana, pese a sus detractores, facilitó las manifestaciones de creatividad cientí?ca, artística y cultural; pero tal creatividad se hallaba tan alejada del pueblo y sus problemas, que en la literatura sus autores cayeron en pequeños círculos de escogidos: la Revista Azul, fundada por Manuel Gutiérrez Nájera y Carlos Díaz Dufoo, o la Revista Moderna de Amado Nervo y Jesús C. Valenzuela.

Sería injusto no mencionar a la Academia de Letrán, de la cual Guillermo Prieto fue uno de sus iniciadores; el Liceo Hidalgo de Francisco Zarco e Ignacio Manuel Altamirano, precursores del modernismo; Manuel M. Flores, Joaquín Arcadio Pagaza (el poeta bucólico); el hermoso paganismo de Ignacio Ramírez; Manuel Payno, Vicente Riva Palacio, la obra de Luis G. Inclán, José Tomás Cuéllar Facundo (gran realista de la novela mexicana cuyo estilo continuarían Emilio Rabasa, José López Portillo y Rojas y Rafael Delgado).

En el cultivo de la historia destacan Manuel Orozco y Berra y Joaquín García Icazbalceta; en el teatro, José Peón Contreras; la pintura tiene en José María Velasco al gran paisajista; mientras en el ámbito educativo descuellan Gabino Barreda, fundador de la Escuela Nacional Preparatoria y Justo Sierra, creador de la Universidad Nacional.

En Guadalajara, todavía en el XIX, encontramos el círculo de La Aurora Literaria; la peña que se llamó Bohemia Jalisciense, bajo la dirección de Cipriano C. Covarrubias, con corresponsalía en la ciudad de Lagos; José María Estrada, a quien José Guadalupe Zuno llama padre de la independencia de la pintura mexicana; Jacobo Gálvez, Gerardo Suárez, Francisco Sánchez Guerrero y Pablo Valdés el viejo. En la última década hace su aparición el Ateneo Jalisciense que junto con el Club de Pintores paisajistas Gerardo Suárez, cierra con toda propiedad el siglo del neoclásico.

Al llegar el primer centenario de la Independencia Nacional, la juventud inquieta y pensante se debatía entre la preocupación por el saber y la realidad quemante del pueblo mexicano e integró uno de los grupos de pensadores y escritores más valiosos que se hayan dado en la historia de nuestras letras: el Ateneo de la Juventud, precedido por la revista Sabia Nueva y la Sociedad de Conferencias, de los cuales señalamos algunos nombres: Julio Torri, Alejandro Quijano, Antonio Caso, José Vasconcelos, Alfonso Reyes, Jesús T. Acevedo, Genaro Fernández Mc Gregor, Alfonso Cravioto, Ricardo Gómez Robelo, Federico E. Mariscal, Enrique González Martínez, Luis G. Urbina, Martín Luis Guzmán, Carlos González Peña, José Escofet, Alberto J. Pani, Alfonso Pruneda, Luis Castillo Ledón y el gran animador del grupo, el ilustre dominicano universal Pedro Henríquez Ureña. La Revolución los dispersó y por desgracia no todos siguieron el trayecto iniciado.

En el Occidente mexicano, las inquietudes populares se acrecentaron ante la inminencia de la sucesión presidencial y como siempre, la voz popular se manifestó con valentía en numerosas publicaciones, entre las que destacaron Juan Panadero, La Tarántula, La Linterna de Diógenes, Jalisco Libre, El Correo de Jalisco, El Malcriado, El Regional, La Chispa, El Kaskabel, La Gaceta de Guadalajara por Luis Manuel Rojas, que dio origen a la Revista de Revistas, publicada primero en Jalisco y después en el Distrito Federal, El Perico, del cual eran caricaturistas José Guadalupe Zuno Hernández y Carlos Stall, quienes también ilustraron Rigoletto, con la colaboración como escritor de Rafael Buelna, Tik-Tak del colimense Germán Gutiérrez Santa Cruz, La Época, Restauración, La Libertad y muchas más; periodismo que, de un bando político o de otro, re?ejaba la intranquilidad del ocaso de un régimen. Intranquilidad aumentada en el pueblo por la anunciada aparición del cometa Halley y las declaraciones del presidente Díaz hechas al periodista norteamericano Creelman sobre la madurez política del pueblo y durante las cuales invitó a que con su apoyo se constituyeran o formaran partidos políticos para designar libremente candidatos a los puestos de elección popular.

Desde el siglo anterior, el pueblo jalisciense no era un gran adicto al por?rismo, pues además del asesinato del gobernador General Ramón Corona, que con causa o sin ella le fue atribuido al general Díaz, estaban las impopulares contribuciones e impuestos del gobernador Curiel, la designación del colimense ex-mandatario de Chihuahua, Coronel Miguel Ahumada, como gobernador de Jalisco, la concesión dada por el gobierno federal a Manuel Cuesta Gallardo para desecar una gran parte de la Lago de Chapala, más las persecuciones y detenciones ciudadanas por motivos políticos y reclamaciones populares; todas estas acciones fueron causas de notoria efervescencia en todos los niveles de la población.

Importante resulta mencionar las reuniones que por el Barrio del Hospicio realizaban estudiantes y profesionistas inconformes como Roque Estrada, Ignacio Ramos Praslow, Miguel García Robledo y otros con la asistencia de numerosos obreros; reuniones en las que se atacaba enérgicamente a los regímenes políticos imperantes. Mencionamos también la primera organización pre-revolucionaria: la Liga de las Clases Productoras, dirigida por un grupo de jóvenes de ideas socialistas y anarquistas como Miguel Mendoza López, Manuel Alvarado Mendoza, Ramón Morales, los ya citados Roque Estrada Ramos Praslow, que aglutinaron principalmente a los obreros textiles de Guadalajara y lugares circunvecinos; fundaron además la revista Aurora Social como medio de expresión.

Surgieron la Unión de Tejedores, el Club Liberal de Obreros Benito Juárez en Hostotipaquillo, el Partido Obrero Socialista, la Casa del Obrero Mundial, la CGT, la CROM, que a su vez dieron nacimiento a organizaciones que han sido pilares del movimiento obrero en el estado.

Posteriormente estallaron los primeros brotes de la Revolución Mexicana, la aprehensión de Madero, los levantamientos armados, la toma de Ciudad Juárez, la salida de Díaz, las elecciones democráticas, el triunfo de Madero, la Decena Trágica con el cuartelazo pretoriano, el asesinato de Madero y Pino Suárez. Y si bien es cierto que en Jalisco no se vivieron las condiciones sociopolíticas del norte de la República, de Veracruz, Morelos o Yucatán, también lo es que la participación entusiasta de obreros, campesinos, estudiantes, periodistas, maestros, artistas e intelectuales, nos permitió una importante presencia en la Revolución.

Encabezados por José Guadalupe Zuno, multifacético artista y por su amigo y compañero Carlos Stall, se estableció un taller de pintura en compañía de Javier Guerrrero y Rubén Guzmán al que se unieron otros amigos artistas como Juan Antonio y Ramón Córdova, Alfredo Romo, Amado de la Cueva, Joaquín Vidrio y Enrique Díaz de León; así dio inicio uno de los grupos más importantes en la historia del arte, la cultura y la política en Jalisco, llamado el Centro Bohemio de Guadalajara. Esta agrupación, en la que convivieron casi todas las manifestaciones artísticas representadas por lo más granado no sólo de Jalisco, sino de muchos lugares de la República, fue un verdadero oasis en la vorágine revolucionaria.

Formóse el Centro Bohemio con todo un mundo de valores humanos, tantos que mencionarlos detalladamente, así como a sus actividades y facetas de sus integrantes, es materia de un amplio análisis que no tiene cabida en la dimensión de este trabajo. Podemos a?rmar que las artes plásticas, la escultura, la fotografía, el dibujo, la caricatura, el muralismo, la literatura, la música, se robustecieron en Jalisco y tuvieron repercusión nacional e internacional.

El entorno revolucionario les condujo al activismo político con tal fuerza y apoyo popular que muchos de sus integrantes llegaron al Congreso de la Unión, al Congreso del Estado, presidencias municipales y ?nalmente hicieron gobernador constitucional de Jalisco a su líder, José Guadalupe Zuno, quien ya había sido presidente municipal de Guadalajara y diputado federal en dos ocasiones, en una de las cuales se signi?có por su intervención decidida para crear la Secretaría de Educación Pública, cuyo primer titular, el maestro José Vasconcelos, se apresuró a abrirles los recintos educativos o?ciales a los primeros muralistas revolucionarios integrantes a su vez del Centro Bohemio, Siqueiros, Orozco y Rivera, entre otros. Logro fundamental del Centro Bohemio y del gobernador Zuno fue la fundación de la Universidad de Guadalajara el 12 de octubre de 1925, bajo el rubro popular de la Constitución del ’17.

El arte acompaña al ser humano como una consecuencia de su cabal armonía con la naturaleza, proclama esplendente y sublime de la especie, síntesis elocuente de un entorno y una época y el mejor barómetro que anuncia con infalible certeza todas las tempestades sociales presentes y futuras.

El hombre en su alegría y en su tristeza pronuncia palabras como manifestación de un impulso interior incontenible de integrarse al absoluto, esas palabras son la literatura. Si las modula, les imprime acento, ritmo y tonalidad, surge esplendorosa la música. Cuando la fuerza estética e irresistible crea imágenes sobre la materia, se dan las artes plásticas.

No es dable concluir estas líneas sin que se haga notar la gran labor de continuidad cultural que frente al sempiterno centralismo han realizado agrupaciones como Arte y Cultura que dirigió J. Refugio Mendoza, Bandera de Provincia con Alfonso Gutiérrez Hermosillo, Agustín Yáñez, Emmanuel Palacios y otros, la infatigable obra de Adalberto Navarro Sánchez, de Arturo Rivas Sáinz y tantos intelectuales y artistas, verdaderos ejemplos de la voz provinciana, alma y esencia de la nación.

Queda al trasunto histórico, porqué y cómo tanto el pensamiento, como la acción, deben entregarse al servicio de la verdad y del interés colectivo; el intelectual y el artista, por su parte, deben vivir de verdad su compromiso con el pueblo, fuerza motriz de la historia, la libertad y la justicia social.

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